Mi hijo no habla o habla muy poco. ¿Debo preocuparme?

Mi hijo habla poco

“Mi hija tiene 20 meses y dice muy poquitas palabras”, “Mi hijo de dos años no habla”, “Mi hija tiene 25 meses y solo dice agua, gracias, mamá, papá, tita, pan y no”, “Mi hijo de dos años y medio aún no habla, solo dice papá”.

Internet, las redes sociales y muchas reuniones familiares, de amigos o de compañeros de trabajo están llenas de comentarios como estos. Y es que muchos progenitores, preocupados porque sus hijos o hijas no hablan a determinada edad, recurren a la experiencia de otras madres o padres, a foros o a buscadores en internet para encontrar respuestas.

Igual que sucede con otros hitos evolutivos, como gatear, andar, leer o escribir, a la hora de adquirir el lenguaje cada niño tiene su propio ritmo dependiendo de multitud de factores.

Buscar las causas para descartar problemas

Aunque hay que tener en cuenta los tiempos de cada niño, también debemos estar atentos y valorar si existen otros problemas que puedan estar dificultando un desarrollo más o menos normalizado del lenguaje.

“El retraso del lenguaje puede explicarse por razones sensoriales, auditivas, motoras, intelectuales, conductuales, neurológicas o trastorno graves o retraso global del desarrollo”, explica Catherine Lozano Infante, logopeda y experta en atención temprana y trastorno del espectro autista, que apunta diferentes factores:
  • Pobre estimulación verbal por parte de las personas que rodean al niño.
  • Sobreprotección familiar: se complacen los deseos y las necesidades del niño, sin permitir que lo haga él mismo.
  • Bilingüismo. Los niños no tienen una organización ni un control del habla en un idioma u otro.
  • Trastornos de la lateralidad: se prolonga en el tiempo el que sean ambidiestros.
  • Retardo en el uso de la masticación. Para la alimentación utilizamos las funciones de succión, deglución y masticación, que son las mismas que utilizamos para el habla. El retraso en la aparición de estos estímulos puede ocasionar el retraso en el habla.
  • Alteraciones del desarrollo motor. Se presentan síndromes neurológicos con deficiencias motoras.

Tips para estimular el lenguaje del niño

Los padres y su entorno cercano pueden estimular el lenguaje del niño con sencillas acciones:
  • Deja que el niño pida las cosas, no adivines ni te anticipes, y que se exprese.
  • Enséñale palabras, primero las más comunes, como mamá, papá o agua, y después otras como partes del cuerpo, familiares, objetos, juguetes favoritos, alimentos básico…
  • Habla mucho con el niño y cuéntale lo que estás haciendo.
  • Utiliza palabras sencillas, frases cortas y gestos, pronuncia lentamente y repite.
  • Leer un cuento, cantar una canción o pedir al niño en el parque que te traiga hojas o piedras y hablar con él de colores, formas, tamaños…

¿Cómo sé si debo preocuparme? Señales de alarma

No todos los niños y niñas que tardan en hablar sufren un trastorno del lenguaje, pero ¿cuándo debo preocuparme?

“Se debe tener en cuenta y observar si el niño no muestra interés por comunicarse, ni tiene intención comunicativa o tiene poca, o si solo habla con las personas que son estrechamente cercanas. También hay que tener en cuenta cómo es el entorno familiar, si es un ambiente empobrecido tanto en lo social como en lo emocional, ya que es probable que el niño no reciba la estimulación ni el vocabulario adecuado”, afirma la especialista.

Con su ayuda hemos establecido una especie de guía que puede orientar a padres y madres. Podemos considerar signos de alerta que el niño o niña se encuentre en alguno de estos parámetros. Entonces es hora de valorar si acudir a un profesional.
Mi hijo no habla. Debo preocuparme?

Importancia de la atención temprana y de la logopedia

Como en cualquier otro problema, trastorno o enfermedad, en el desarrollo del lenguaje de los niños y niñas es importante actuar cuanto antes. No hay que alarmarse, pero tampoco conformarse con aquello de “no te preocupes, ya hablará” o “mi hijo con esa edad no decía nada y míralo ahora”.

La atención temprana está dirigida a la población infantil de 0 a 6 años, a la familia y a su entorno y su objetivo es dar una respuesta rápida a las necesidades de los niños y niñas con trastornos en su desarrollo.

El papel de las familias es fundamental. Sin embargo, hay muchos factores que escapan a su control y es entonces cuando se debe acudir a un profesional, como la logopeda, que trabaja de forma específica esos signos de alerta que no están conseguidos.

“Desde la logopedia el objetivo es mejorar las habilidades comunicativas y lingüísticas, actuando con una intervención centrada en la estimulación del lenguaje, habla y comunicación”, explica Catherine Lozano Infante.

Inicialmente se realiza una entrevista para conocer el perfil completo de la niña o el niño. Después se realiza una actividad comunicativa espontánea, que servirá para observar el perfil de interacción, mientras se realiza una valoración con distintos inventarios centrados en el desarrollo del lenguaje en atención temprana. Tras obtener los resultados y comprobar que se trata de un retraso en el lenguaje, se pasa a la fase de tratamiento, en la que, dependiendo de la edad de la niña o el niño, se comienza a trabajar con los objetivos propuestos, consiguiendo la estimulación temprana en las etapas prelingüísticas y lingüísticas.

“Es importante resaltar que para obtener resultados se necesita que el niño o la niña estén involucrados y participen de forma activa en la intervención, además de que el trabajo que se realice en casa con sus familiares va a aumentar esa estimulación y va a poder generalizar su aprendizaje en todos sus contextos”, finaliza la logopeda.

Si tienes alguna consulta relacionada con el área de atención temprana…

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